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Tan real como el pavo

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Tan real como el pavo

ISBN: S/I
Autor/a: Fuksman, Laura
Editorial: Patronus
Formato: Rústica – 17×13

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“Tan real como el pavo es un poemario que pliega y despliega sus poemas a través/a raíz de un mantra/un estribillo. Los textos superponen entre sí diversas formas de dar comienzo/final —paradójicamente— a una historia de «amor», combinándose como postales móviles juegan con la idea de verosimilitud, mientras sumergen al lector en un libre albedrío, en la fantasía sobre: ¿cuál de todas las opciones es la verdadera sobre cómo empezó?: «Todo comenzó bajo el calor de enero / como despedida antes del viaje» o «Todo comenzó aquella tarde de invierno / la Santa Fé marcándome / el rumbo a tu encuentro», o quizás: «Todo comenzó aquel mediodía / un perfecto azul / nos abrigaba a ambos».

Una serie de imágenes poderosas que se balancean entre lo feroz y lo sutil, construyendo la poética del libro, dentro de una baraja de texturas e intenciones, que tienen como fin el mismo desenlace: un efecto dominó, un efecto de superficie que descarrila y comienza a transitar -en degradé- lo «rancio», el desgaste de un vínculo. Cada poema circula alrededor de un espacio ya habitado por la ausencia del otrx. Con el pasar de las páginas, la cadencia se intensifica, cada texto es un eslabón que, sumado a los otros, va transformando ausencia en nitidez.

“Las sensaciones desbordan y bordean el bosquejo de lo que fue, lo que sucedió, entre restos y retos del propio yo, arrepentimientos: «Nunca debí olvidar», «No debí desestimar las señales», «y olvidaste que aún en el freezer / todo tiene fecha de caducidad».

Como sugiere Anne Carson: «Los bordes del espacio son los bordes de las cosas que amamos, cuyas desarmonías hacen que nuestra mente se mueva. Y allí está Eros, un realista nervioso en este campo sentimental, que actúa por amor a la paradoja, es decir, mientras pliega el objeto amado y lo oculta para volverlo un misterio, para hacerlo un punto ciego en el que pueda flotar conocido y desconocido, real y posible, cercano y lejano, deseado y capaz de atraernos».

Hay algo que recorre/puebla los textos de Laura Fuksman, ninguna imagen se agota en sí misma, cada poema es una construcción de puntos correlativos condensados en un lugar. Y es en ese recorte de tiempo que deviene relato/recuerdo, donde reside la eficacia. Toda expresión es subjetiva, personal, y a la vez traza un paralelismo: «Los momentos felices, las salidas / las charlas al sol / sobre la textura que tendrían / los copos de algodón / que regalaban los palos borrachos». Entonces: la ambigüedad como un rugido manso o un graznido.

Podemos pensar este libro como un ciclo: una rueda/una ruleta de principios y finales que se intercalan dentro de eso que es real, auténtico. Ahora el deseo demuele el tiempo, desplaza el eco del pasado y lo transforma en una perspectiva desde donde es posible mirar. Una llave.

«Por leer tu mensaje / anunciando que no llegarías / no percibí / lo rancio del ambiente / avant premiere de lo que traería julio. // Después, todo el desenlace / con la rapidez del diluvio // que no nos trajo / la suerte que siempre / auguran las comadres».”

Ana Claudia Díaz

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