“De cada una de esas entrevistas me quedaron cosas particulares, una pequeña revelación”
“Las entrevistas no fueron casuales ni azarosas, sino que siempre entrevisté a poetas que me interesaban -nos cuenta. No fueron encargos. Llegué a pensar que de cada una de esas entrevistas me quedaron cosas particulares, una pequeña revelación. Por ejemplo, en la entrevista con Arnaldo Calveyra me sorprendió que en un momento, hablando del tiempo que pasaba entre la escritura y la publicación (en su caso pasaron muchos años), él me dijo que su deseo era también escribir un libro que fuera solo para él, desentendiéndose por completo de la publicación. Me pareció una rareza porque nadie piensa en la escritura en esos términos. Me pareció revelador de lo más placentero que tiene escribir poesía, de lo que está en el origen: uno no piensa más que en escribir”.